El auge del desarrollo industrial, la urbanización, el crecimiento de la población mundial y con ello la adquisición de nuevos hábitos y comportamientos ligados a la sociedad de consumo, ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XX, tuvieron como contraparte grandes desequilibrios en los índices medioambientales de todo el planeta.
El derecho de todos los ciudadanos a un ambiente sano, según cita la Constitución Nacional en su Artículo 41, comenzaba a verse amenazado y la naturaleza empezaba a sentir las consecuencias de la acción del hombre.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)