Uno de los problemas con los que se enfrenta el analista del discurso periodístico es la tendencia del mismo a instituir como uno de sus valores más preciados la novedad. Esto lleva, generalmente, a obliterar la historicidad de los hechos considerados noticiables y dificulta, tanto a los lectores como a los consumidores críticos o no, la percepción del funcionamiento de la memoria colectiva en los procesos de producción, circulación, consumo y reproducción de la información. De esta forma se produce un efecto de sentido de fugacidad y de ahistoricidad que tienden a considerarse como una de las características propias de este discurso.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)