Es posible afirmar que la mayoría de las escuelas de natación persiguen objetivos distintos en sus programas, y que no todas las instituciones aspiran a una natación competitiva.
Como docentes de establecimientos acuáticos debemos ser conscientes de que sea cual sea el fin u objetivo de la gestión, puede existir la posibilidad de que nuestros alumnos sigan un rumbo deportivo competitivo en natación; ya sea por la posibilidad que brinda la propia institución o por el hecho de informar al alumno – nadador destacado, sobre la posibilidad de que puede seguir creciendo en la práctica elegida, fuera de la institución a la que pertenece.
También mencionar las diferentes alternativas que ofrece el medio acuático, donde la acción de nadar se mantiene y comparte como ser el water polo, el nado sincronizado, entre otras, siendo estas posibilidades para el nadador o nadadora a que permanezca en relación con la actividad.
Como primer punto, a partir de lo escrito, me cuestiono: ¿Qué es lo que define a un alumno niño o púber, de escuela, a comenzar a ser un nadador de pre equipo o equipo de competición? Y como segundo interrogante formulo ¿Cuáles son los cambios evidentes para el alumno, entre un nivel y otro? Como conclusión de la ponencia, cruzaré ambas cuestiones, donde centraré el análisis en afirmar o refutar si un nadador se define sólo por sus bases de enseñanza o si hay otros factores que acompañan a la formación técnica acuática.