La obesidad fue declarada en el año 1997 por la OMS la epidemia del siglo XXI, siendo la enfermedad no transmisible más prevalente en el mundo. En virtud de esta situación, surge la necesidad de conocer aspectos relevantes de esta patología, para darle un correcto abordaje en su tratamiento a través de la actividad física, basado en la evidencia científica.
Se acepta que el efecto del ejercicio físico en la pérdida de peso es generalmente modesto, sin embargo, es significativo su valor como factor de mantenimiento del peso a lo largo del tiempo y como prevención de una ulterior re ganancia, debido a la compleja serie de cambios metabólicos y psicológicos, como así también, a la modificación del apetito y del metabolismo basal de quienes lo practican. Pero más allá de esto, tiene importantes efectos en el tratamiento de las enfermedades asociadas al sobrepeso u obesidad (o comorbilidades), que son independientes de la pérdida de peso.
Es el objetivo de esta ponencia, plantear los fundamentos fisiológicos y fisiopatológicos, que justifican la prescripción de actividad física con características particulares, en aquellas personas con exceso de tejido adiposo, condicionante de enfermedad.