Hoy las obras no son objetos sino procesos, que habilitan la participación del espectador en la co-autoría de la obra. Ascott, artista reconocido por su trabajo dedicado a vincular el arte, la tecnología y la conciencia desde la década del 60, plantea una visión optimista en lo que concierne al arte digital en relación con los sistemas globales, ya que los mismos facilitan al espectador una posición activa -a través de la interacción y exploración- en la creación de auténtica experiencia artística, y la colaboración en la producción de sentido, evolución y definición de la obra.