En la Europa del siglo XIX, con respecto a la figura de la mujer, se generaron dos regímenes opuestos, el de la mujer privada y el de la pública. Gran parte de las mujeres trabajadoras a mediados del siglo eran prostitutas, mientras las esposas de los burgueses ocupaban el corazón de sus hogares. En la Francia del mismo siglo la figura de la prostituta aparece como uno de los temas centrales, como un nuevo personaje, que circula por la ciudad. El surgimiento de la representación pictórica de las mismas es considerado un nuevo tema de encuadre (Bialostocki) que visibiliza el disciplinamiento (o indisciplinamiento) de las prácticas sexuales según la perspectiva trabajada por Foucault en su Historia de la sexualidad. Estas imágenes son analizadas dentro de la categoría de pornográficas -dialéctica que varía históricamente entre lo obsceno y la forma explícita de representación de las prácticas sexuales- y la construcción del cuerpo como un discurso político-ideológico.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)