Los géneros del campo del folklore profesional se han transformado, en el último siglo, manteniendo continuidades y modificando algunos de sus rasgos. Sus actores (músicos, productores, cultores) han disputado y disputan la hegemonía del campo produciendo modificaciones en sus géneros, desarrollando diversas escenas musicales con características estéticas diferenciadas (Madoery, 2010).
El presente trabajo intenta mostrar la magnitud del cambio acaecido, dentro del repertorio del folklore profesional, a partir de la inclusión de la batería, como instrumento de acompañamiento rítmico-percusivo, en los géneros de base ternaria y particularmente en la chacarera.
La hipótesis aquí es que este cambio produce una bisagra en el campo, dado que provoca una modificación en la función textural de acompañamiento de percusión, transformando un rasgo jerarquizado en la constitución de estos géneros. En este sentido, es admisible que esta alteración ha marcado un quiebre estético entre las distintas formas de instrumentación/arreglo sucedidas desde la década del 90 hasta la actualidad, produciendo una variante estilística.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)