El trabajo propone la atribución de algunas esculturas realizadas en el ámbito de la iglesia franciscana de Buenos Aires a “fray Manuel”, un escultor activo en Buenos Aires hacia 1770 y sólo conocido documentalmente por su talla de san Vicente Ferrer para la Tercera Orden dominicana y algunas otras obras que no han llegado a nosotros.
Se le asignan, en virtud de rasgos estilísticos y de factura, así como del contexto histórico de las obras, la hechura de dos tallas de san Benito de Palermo que pertenecieron a la cofradía que existía en el convento franciscano y a su director espiritual fray Casimiro Ibarrola (una robada recientemente y la otra en el museo del convento) y se consignan algunas otras registradas en los documentos.
Este conjunto de obras permite dar entidad a la obra de uno de los escultores más interesantes de la segunda mitad del siglo XVIII porteño, hasta ahora prácticamente desconocido o limitado exclusivamente a la escultura del santo valenciano (también perdida en 1955) y abre la posibilidad de nuevas atribuciones entre las muchas tallas de autor anónimo de la ciudad.