Si bien el desarrollo de la antropometría como ciencia comienza en los albores del siglo XX, la preocupación del hombre por las proporciones corporales nos remonta a la cultura helenística. A lo largo de la historia siempre hubo preocupación por las dimensiones del hombre, siendo el hombre de Vitrubio de Leonardo Da Vinci quizás el ejemplo más famoso. En el Siglo XX la antropometría comenzó a constituirse como ciencia a partir de las escuelas Biotipológicas, luego promediando el siglo XX empieza la relación inquebrantable de esta ciencia con el deporte, sobre todo con los trabajos cada vez más numerosos y complejos que se daban con cada cita olímpica. Hoy en día la antropometría es una herramienta muy consolidada en el ámbito deportivo no solo para evaluar la composición corporal de los atletas, sino también para la búsqueda de talentos, la predicción de talla adulta en niños deportistas, etc. Pero es cierto también trasciende este ámbito y se hace presente en disciplinas como la ergonomía), las ciencias medicas, el fitness, etc.
El conocimiento anatómico es de fundamental importancia no solo en lo que a la medición antropométrica propiamente dicha se refiere, siendo no solo fundamental para apoyar desde lo teórico la ubicación rápida y certera de las Landmarks (puntos anatómicos que se marcan sobre el evaluado para la posterior medición), sino también, y quizás de más importancia aún, para la interpretación posterior de los resultados antropométricos. En este aspecto la importancia de esta ciencia se establece en la posibilidad de la anatomía de permitir fundamentar o al menos hipotétizar desde un conocimiento científico el por qué por ejemplo un determinado deporte requiere ciertas dimensiones corporales para la consecución de resultados exitosos, o por que otros deportes son más flexibles en lo que a composición corporal respecta.