La Ciudad del Conocimiento es un organismo urbano-arquitectónico que se posa en el paisaje de la Región Capital (BELP) uniendo los fragmentos dispersos. Una estructura simbólica que modela el territorio a favor de las preexistencias ambientales, que deja entrar el agua a las puertas de la ciudad (como alguna vez se pensó) que permite extender los espacios verdes atrapados por la urbanización indiscriminada y oficia de costura de los paisajes diversos (río, humedales, llanura) que une las tres ciudades y permite ahora si, hablar de región capital.
Este organismo respeta la condición geográfica del lugar y se crea sobre las ruinas o huellas de instalaciones de la industria, desoculta el sistema ambiental previo y sus edificios albergan los ámbitos del conocimiento en todas sus escalas desde todos los ángulos disciplinares.
El organismo que imaginamos se basa en imágenes de las vanguardias artísticas de principios del siglo XX. Escoger un artista como Malevich es una especulación intelectual que tiene su raíz en la memoria revolucionaria.