Mediante el sentimiento nos apoderamos del yo. La razón conoce; el sentimiento posee. Se trata de una captación de la existencia y no de un conocimiento de la esencia. Mas, el sentimiento, concentrado en el yo, como vivencia íntima personal e irreductible, también se dispara hacia el mundo físico y el humano. Llamo sentimiento humano al que se experimenta de ordinario suscitado por los seres y acontecimientos reales o imaginados. Su correlato son los valores propios de esos seres y acontecimientos, tanto vitales, como espirituales. El sentimiento estético, por el contrario, tiene la particularidad de referirse a un mundo ficticiamente desrealizado y poseído, también, imaginariamente. En el relato de Mujica Láinez, el protagonista se enamora de una bellísima mujer cuyo poderoso influjo vital amenaza con arrancarlo del mundo que pacientemente había construido llevado por su pasión por los objetos de arte. El caballero se dispone a abandonarlo todo para huir con ella. Pero cuando recibe el retrato que de la dama encargara, queda extasiado frente a la pintura prefiriéndola a su presencia real.