Actualmente, al igual que en varias cadenas agroindustriales, la del cuero presenta procesos de cambio (solo en algunas fases de la producción) que comenzaron a modelarse durante las últimas décadas. En paralelo, junto con dicho proceso se advierte una concentración de activos en determinados puntos del eslabonamiento productivo, tanto en la cadena local como en la global. Si bien en el presente trabajo se ha definido como objeto de estudio a las relaciones de poder que se establecen entre los eslabones de la cadena de valor del cuero nacional, para entender la dinámica de su control se ha decidido ampliar el nivel en el que se plantea análisis, tanto “hacia atrás” como “hacia delante”.
A partir de la triangulación de trabajos previos sobre el tema específico y sobre temas asociados, se ha desarrollado un “mapa” descriptivo (cuantitativo y cualitativo) del sector productivo del cuero que ha permitido: a) determinar la posición relativa de la cadena local respecto a otras cadenas locales y globales; b) identificar los eslabones más débiles de la cadena local; y c) establecer lineamientos que permitan proponer nuevos escenarios de producción y consumo. La construcción de un “mapa” de la cadena, ha dejado en evidencia que para favorecer la situación del sector no basta con ocuparse en mejorar el posicionamiento de la cadena local en la global, ya que de este modo solo se contribuye a beneficiar principalmente a unos pocos actores que hoy concentran los principales activos. En efecto, se destaca la necesidad de pensar desde la gestión del diseño modos de fortalecer a los más débiles del sistema, que en términos cuantitativos constituyen la mayoría. Visto en forma desagregada, estos son el 79% de los “productores de cuero” de la provincia de Buenos Aires, el 80% de los frigoríficos, el 95% de las curtiembres, y las 500 PyMEs manufactureras (no se incluyen las de calzado).