Entender la ciudad contemporánea implica releer el fenómeno a la luz de las transformaciones ocurridas en la sociedad, sus instituciones y las repercusiones de teorías que se adaptan a la escala local. El crecimiento que acompaño la modernización transformó la fisonomía de la ciudad.
La intervención sobre los Jardines del antiguo Banco Hipotecario a partir del edificio de tres facultades, la demolición del ex Ministerio de Gobierno ubicado en avenida 7 entre 58 y 59 o el traslado del antiguo Mercado de frutas y verduras por considerarlo inapropiado para una ciudad moderna, provocaron opiniones reacciones de diferente carácter que se enlazan con el reconocimiento del valor histórico patrimonial atribuido a edificios que pretenden o comienzan a ser eliminados para dar paso a construcciones modernas. Del mismo modo los edificios públicos y semipúblicos, que habían visto embellecer sus jardines con el paso del tiempo hasta adquirir un rol destacado en el ambiente urbano, ven modificar sus límites así como los espacios que los enmarcan con la eliminación de sus verjas perimetrales y el tratamiento de las grandes áreas verdes que los rodean. En esta línea de ideas, el propósito de culminar destacados ámbitos fundacionales como la Catedral, aun sin una consolidada cultura patrimonialista, se lee compatible con la visión ideal de la nueva capital que perdura aun hoy.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)