Las divisiones dicotómicas entre géneros, férreas, imperturbables, inamovibles, no configuran deidades en la escritura fragmentaria, ambigua y, sobretodo, innovadora de Clarice Lispector. Esta escritora, nacida en Ucrania en 1920 y que a los dos meses de edad se radicó con su familia en Pernambuco, puede ser considerada como la mujer que cambió la cara de una literatura brasilera que, en general, descansaba en visiones regionalistas que abarcaban con sus personajes las realidades sociales del país en aquellos tiempos. Clarice, con su textualidad existencial, con su escritura interior es la diferente entre tantos otros, es la que dice lo que muchos prefieren callar o no saben decir. En este sentido, el primer romance de Clarice Lispector, de 1944, Perto do corazão selvagem, llamó la atención de la crítica «pela novidade que a densidade psicológica, a maneira descontinua de narrar e a força poética de esse romance representaram no panorama da ficção brasileira, então profundamente marcado pelo documentarismo social da década de trinta».
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)