La escritura del cuerpo enfermo, mutilado, violentado, en descomposición, penetrado, malformado -como cuando se hace referencia al Ischiopagus, patología donde un gemelo devora al otro–, es la metáfora elegida por Hettche para hablar de su sociedad, de sus culpas, de sus errores históricos que, al parecer, como propone al final de la novela, no tienen otra opción que repetirse cíclicamente, a la espera de un nuevo mito.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)