Cuando en 1767 la Junta de temporalidades realizó el inventario para registrar los bienes dejados por los jesuitas, se encargó la tasación de los altares al tallista vasco Isidro Lorea. Este hecho permitió conocer la autoría del retablo mayor, ya que el mismo tasador consigna en el documento que había hecho la tasación bien y fielmente según su leal saber y entender, como que él mismo ha trabajado el retablo mayor y otros, que se hallan nuevos en la propia Iglesia.
El retablo es por lo tanto anterior a la fecha del registro, aunque en virtud de los datos que disponemos de su autor, como de su declaración de que algunos de los otros se hallan nuevos, fue realizado unos pocos años antes, seguramente entre 1760 y 1767, y como intentaremos mostrar, la obra es un punto de cambio en la producción del género en la ciudad de Buenos Aires.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)