En 1913 bajo el nombre de Opera Omnia, Valle Inclán comenzará la empresa de su vida: editar toda su obra completa bajo un mismo formato. Influenciado por la estética de las ediciones de Wilde, D’Annunzio y Morris, el autor de las Sonatas propondrá a algunos artistas plásticos españoles –varios de estos, colegas de tertulia–, que embellezcan sus libros por medio del diseño y la ilustración.
La Opera Omnia fue innovadora dentro del diseño editorial español de la época, y está enmarcada dentro de la estética modernista de las artes gráficas y de la ilustración. Los libros modernistas guardaban características que los distinguían de las ediciones anticuadas del siglo XIX: por un lado, tenían un formato nuevo: alargado o cuadrado, más bien pequeño, estaban impresos con policromía, y los papeles eran de color apagado; por otro lado, con respecto al diseño gráfico, había una estrecha relación entre el texto y la imagen, sobresalía una concepción decorativa que se reflejaba en los ornamentos con forma de filetes curvilíneos y motivos florales, y se utilizaban sofisticadas tipografías. Con el modernismo se origina un renacimiento de las artes decorativas, que influye en los artistas plásticos y diseñadores gráficos que explorarán distintas innovaciones para plasmar en sus creaciones.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)