Si la Patria cumplió 200 años, el cine documental acusa aproximadamente la mitad. Durante muchos años, este singular abordaje audiovisual que se ocupa de la díscola materia de la realidad –en cuanto a afluencia de público y fomento a su producción– ocupó el sitial de “patito feo” del séptimo arte, hasta que surgieron los primeros maestros y filmes-escuela: Robert Flaherty y Nanuk, el esquimal; Joris Ivens y Tierra de España; Raymundo Gleyzer y Méjico, la revolución congelada…
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)