El profesor de teatro llega al aula, se presenta con el grupo, reconoce a sus alumnos, se establecen acuerdos de trabajo, se pone en juego el vinculo, la confianza, los miedos, las consignas del docente atraviesan al grupo, pero también, y sobre todo sus gestos, su voz, sus movimientos, impactan de manera directa, no solo en los alumnos, sino en los distintos integrantes de la institución. Cabe entonces atender a las múltiples posibilidades corporales y vocales, que al igual que el uso de distintos recursos tecnológicos y didácticos, nos proporcionan una posibilidad de llegada, más plena, más certera, más rica, y dinámica a nuestros alumnos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)