Terminada la Segunda Guerra Mundial el presidente argentino Juan Perón se ocupó en difundir su política exterior. Esta pretendía cierta autonomía suramericana ante las potencias hegemónicas, y la unión de los Estados de la región. Este último aspecto implicaba la superación de las fronteras nacionales, por la integración regional, aunque podría provocar rechazos en sectores dirigentes de cada país, y especialmente en los Estados Unidos. El objetivo del presente trabajo será estudiar cuáles fueron las reacciones de los Estados Unidos -ante esa política exterior argentina-, a través del Departamento de Estado y organismos de gobierno, en sus embajadas de Argentina, Brasil y Chile.