El desarrollo de este ensayo atestigua el proceso de reconocimiento del concepto de materialidad en el arte cerámico a parir de la segunda mitad del siglo XX (50-70). Este periodo se encuentra atravesado en todas las disciplinas artísticas por rupturas conceptuales y desarraigo con las viejas nociones de arte.
La cerámica se vio afectada de manera favorable por estos cambios en el arte, propiciando el desarraigo con el oficio artesanal y alfarero, para comenzar a reconocerse como artista dentro de las artes plásticas.
De esta manera comenzaron a surgir nuevas formas y maneras de entender la cerámica, las cuales se vieron reflejadas en las posteriores obras, donde se observa la utilización de nuevos procesos que fueron utilizados como recursos plásticos, así lo demuestran artistas europeos, japoneses y estadounidenses quienes comenzaron a interrogar el material con el que trabajaban, analizándolo, mezclándolo, interfiriéndolos etc. Tomando un cambio actitudinal en el proceso de construcción de la obra, donde el artista pone el énfasis en la etapa de selección de materias primas y el tratamiento térmico dentro del proceso cerámico, quitando de valor discursivo al modelado como único recurso plástico eficaz.
El objetivo del presente trabajo es mostrar como se relacionan los cambios ocasionados en el arte cerámico en la época en cuestión a la hora de concebir una obra cerámica en lo que respecta a la importancia de la elección del proceso y materiales cerámicos utilizados por el artista.
A su vez, es importante destacar el paralelismo existente entre la cerámica y las demás disciplinas, puesto que ,en ambas se observan cambios que permiten el surgimiento de tendencias donde la obra toma valor por el concepto de elección del proceso, es decir, ya no se considera obra por la subjetividad vehiculizada por la técnica del artista, sino que la obra se encuentra legitimada por la capacidad de elección del artista, ejemplos de ellos serían el vivo dito de Greco Argentina o Duchamps con el migitorio y replicadas en el campo cerámico por ceramistas como Kosho Ito (Japón) y Joan Serra y Claudi Casanova (España), donde la selección del proceso cerámico y las materias primas con figuran el hecho creativo.
A modo de conclusión, cabe destacar la materialidad de la obra cerámica como concepto encarnado o huella, del proceso intelectual del artista en paralelo al proceso fisicoquímico de la materia dónde se configuran la sustancia de una obra cerámica.