El siguiente trabajo tiene por objeto analizar la forma mediante la cual se han construido y se construyen aquellas imágenes que exponen el horror de la última dictadura cívico militar. Hay una dimensión de la realidad y de la historia que se presenta implacable, atroz e intolerable como para ser mostrada. Es por esto que se ponen en funcionamiento determinados mecanismos que ordenan y organizan las condiciones de posibilidad de las imágenes emergentes. En este sentido, el filósofo Jacques Rancière sostiene que hay un “dispositivo de imágenes” que establece los límites de lo representable, lo decible y lo mostrable. Al respecto, se retoman algunas referencias conceptuales desarrolladas en El espectador emancipado y La división de lo sensible. Estética y política para sostener que las imágenes del arte político son un elemento más dentro de ese dispositivo que imprime en ellas una base ética y estética y un cierto orden de lo sensible. A partir de esta hipótesis, se indagará sobre las categorías y operaciones estéticas que acompañan a ese dispositivo espacio-temporal que define un régimen de visibilidad/invisibilidad y que permite la emergencia de determinados mensajes y formas, a la vez que produce el velamiento de otras. Desde ese lugar, amerita preguntarse por el continuum sensible que se establece entre el artista y el espectador, y el disenso que debería generar todo arte político que intente “pedagogizar” y emanciparse del orden representativo históricamente heredado.