El interés de trabajar con objetos de la cultura material como nuevo modo de acceso a la construcción de conocimiento, permite el estudio de la vida cotidiana a través de las especificidades propias de la producción objetual. Esta nueva manera de hacer historia, abre la posibilidad de comprender las prácticas en su dimensión simbólica a través de fuentes no tradicionales, como por ejemplo las expresiones de la moda indumentaria.
En este sentido, la moda es entendida como lenguaje con un código y convenciones socialmente compartidas, a través de la cual las sociedades “exteriorizan desde facetas de la sensibilidad y la vida cotidiana a rasgos de la moral y de las mentalidades; desde aspectos de la organización social y el sistema político a peculiaridades de la producción, la confección y el intercambio comercial”.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)