El siguiente artículo ronda alrededor de la problemática de la construcción del Estado Nacional y el lugar que se le asignaba a la disciplina artística. Para abordar el tema se procedió a la comparación de los escritos y opiniones, relacionados con dicha problemática, de dos personalidades de la historia Argentina que tuvieron influencia en la institucionalización del arte en la Argentina.
Por medio de esta comparación llegamos a la conclusión de que la institucionalización del arte llevada adelante por estas dos generaciones encierra un aspecto dramático. Que es el hecho del surgimiento de las vanguardias artísticas a comienzo del siglo XX. La idealización del arte como factor civilizador, con esta funcionalidad tan determinada que le da el positivismo; a principios del siglo XX entra en crisis. Las vanguardias van en contra de esta forma de concebir el arte, propone al arte como una instancia de reflexión sobre si misma y sobre el hacer del hombre a nivel más general. De esta manera los logros de poseer un museo en 1896 y una academia nacionalizada en 1905 para la década del ‘10, que comienza a publicarse los primeros manifiestos de las vanguardias, ya era una tarea que había que replantearse. Las vanguardias artísticas del siglo XX son parte de una reacción hacia el positivismo, las vanguardias presentan a su vez un aspecto de revitalización del arte que con el positivismo habían perdido, fueron necesarias para darle un nuevo sentido creativo. Por este hecho es que este aspecto dramático, se torna a su vez en algo revitalizador.