En el campo de la teoría musical encontramos un extenso corpus de trabajos que se abocan al estudio de la significación en la música tonal. De estos trabajos nos interesan, particularmente, los que remiten a problemáticas tales como la de la representación musical, la de las referencias de la música con el lenguaje, la de los aspectos expresivos inherentes a las obras musicales o la de la interpretación y explicación del significado expresivo de la música. Diversos autores (y desde diferentes perspectivas) se han ocupado de dar cuenta de los procesos que otorgan significación a la música tonal, insertándola, de esta forma, dentro de la cadena general de la comunicación humana. El presupuesto central de estos trabajos puede resumirse, básicamente, en dos concepciones: la significación musical como reflejo de ese mundo de emociones, referencias expresivas, gestualidades, valoraciones, etc. que el ser humano construye a partir de la música, tanto en su rol de oyente como de productor (y que será motivo de indagación en el presente trabajo) y la significación musical como emergente de las correlaciones que se establecen entre los tipos musicales estructurales con las unidades culturales concebidas como tipos expresivos. Desde estas perspectivas, toda obra musical es factible de ser concebida como un signo.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)