El emplazamiento estético de las artes procesuales en las sociedades mediatizadas señala la crisis del concepto de obra, sistematizado desde el siglo XV, dejando de definirse en el producto físico-material para constituirse como tal en los procesos formativos y conceptuales.
Los nuevos comportamientos artísticos desarrollan así nuevos modos de operar en el sistema artístico y reformulan los lugares convencionales que definen lo que es la obra de arte, y con ella el artista y el espectador. El análisis del estatuto de las obras conceptuales en relación con sus condiciones productivas y sus posibilidades de circulación, afirma el presupuesto de que no participan del par original/copia, ya que desestabilizan los modos tradicionales de inmanencia y trascendencia en el arte, en tanto su estado ideal no se modifica en la transposición.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)