Durante la segunda postguerra, temporalmente desplazada la arquitectura europea como principal referente y bajo el influjo de las imágenes del american way of life difundidas a través de distintos medios desde los EEUU, se intentó en Argentina la construcción de una nueva modernidad arquitectónica. Su supuesto carácter de punto de inflexión entre el racionalismo blanco emergente en los '30 y el ecléctico experimentalismo que se extendió desde mediados de la década de 1960 hasta finales de los '70, ha relegado el estudio de una arquitectura que logró fundir en una pléyade de rasgos estéticos de diversas fuentes que - en términos generales y no siempre con contornos precisos- pueden identificarse con, al menos, dos corrientes que recogen la particular influencia de una segunda línea de fuego de maestros del MM, como Eliel Saarinen y, principalmente, Marcel Breuer. La caracterización y valoración de la arquitectura desarrollada en La Plata en esa sintonía ha sido soslayada en función de búsquedas má obvias, como la constitución de la tipología conocida como casa chorizo o la difusión de cierta estética "moderna" posterior al Cincuentenario. Escasa, dispersa y con variados registros que van del rigor ingenieril a la sutileza artística, transitando -incluso- por la vulgaridad, parte de la producción arquitectónica de la ciudad ostenta una indeleble marca epocal que, no obstante, suele diluirse en las taxonomías mas convencionales, feron factores concurrentes en el desarrollo de esta nueva arquitectura, potenciada en el ámbito de la ciudad de La Plata por la creación, en 1952, de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo.