La palabra textura proviene de un vocablo latino que significa literalmente tejido. El modo en que se tejen (mezclan, vinculan, combinan) los hilos de un tejido disponen de una superficie particular. La textura está vinculada al campo perceptivo de lo táctil, al tocar la superficie de un objeto nos genera una sensación táctil particular (suave, rugoso, áspero, viscoso, etc.).
Al relacionar la textura con los diversos campos perceptivos y prácticas artísticas particulares se establecen nuevas conexiones y el concepto adquiere diferentes significados.
El trabajo se centra en observar los alcances de la noción de textura en los ámbitos visuales y musicales, proponiendo una posible refuncionalización de su significación para aplicarla a la danza.
Hoy existen obras coreográficas que se presentan como una conjunción de elementos disímiles desde la perspectiva de los materiales utilizados, tanto desde su procedencia estética e histórica, como de la propia materialidad de los elementos: bailarines moviéndose, proyección de imágenes, video, luces, sombras, utilización de texto, la palabra, sonido, música, escenografía, etc.
La obra no es solo lo que acontece como movimiento/quietud de bailarines, si bien es un elemento importante, no es lo único que la organiza. Luces, objetos, escenografía, vestuario, proyecciones, etc., podrían y deberían ser considerados componentes generadores de textura en una obra de danza.
Desde esta perspectiva lo textural es un modo de ver, observar y relacionar los materiales que componen la obra coreográfica. Es un punto de visión que plantea una percepción integradota en donde los elementos, a pesar de su heterogeneidad constitutiva, pueden conformar configuraciones o unidades reconocibles dependiendo del tipo de vínculos que se establezcan entre ellos. Plantea un modo de organización sintáctica de la estructura de la obra: la manera en que se vinculan y relacionan las configuraciones o unidades texturales en la simultaneidad témporo – espacial.
La textura en danza entendida de este modo incorpora herramientas conceptuales que pueden ser aplicadas al análisis coreográfico ofreciendo una visión totalizadora e integradora de la obra al mismo tiempo que habilita distintos niveles de reflexión desde lo morfológico, sintáctico y semántico.