El deporte, como bien cultural y como derecho, no queda aislado de pautas, procesos, evoluciones y mandatos sociales -heredados y actuales-, que dictaminan quiénes y cómo se debe actuar en estos ámbitos. El deporte como expresión cultural ha ido adquiriendo un protagonismo creciente en diferentes aspectos sociales.
En este trabajo intentaré abordar solo una pequeña parte de esta expresión de la cultura deportiva, las relaciones entre mujeres y deporte, en especial con la mirada puesta en las cuestiones de violencia que surgen, veladamente o no, de las circunstancias propias de ese escenario. Para esto es necesario aclarar que la violencia en el deporte no debe asociarse exclusivamente a la violencia en espectáculos deportivos como cotidianamente se hace, bien claros están los límites de trabajo y desarrollo de ambas temáticas, en las que no deberemos asociar al deportista y al pasivo espectador de un deporte de masas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)