La crítica de las últimas décadas ha revertido, parcialmente, su visión negativa de la creación literaria de los siglos XIV y XV. Por otra parte, y a diferencia de los especialistas decimonónicos, los contemporáneos ya no juzgan esta etapa como el crepúsculo medieval sino que la consideran una época de cambio o mutación y el pasaje entre los tiempos antiguos y la modernidad.
En esta perspectiva de revalorización de la Baja Edad Media, se intenta describir su mundo mediante vocablos que simulen cierta neutralidad ideológica. Mientras que los viejos términos de “decadencia” o “crisis” impidieron dicha objetividad, “transición” parece adecuarse mejor a una visión más próxima de la realidad del momento. Asimismo, los siglos XIV y XV constituirían un puente entre una época dorada –el “renacimiento” de los siglos XII y XIII– hacia otra edad de oro –el Renacimiento–, circunstancia que expresa su incapacidad de brillar por medios propios.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)