Al abordar la temática de la violencia de género, particularmente la ejercida por hombres en el ámbito familiar, desde una perspectiva de poder sobre la mujer que comparte con él una relación patológica o enfermiza, planteamos los siguientes interrogantes:
¿Es posible desactivar situaciones de violencia familiar enfocando nuestra energía solamente al trabajo con las victimas? ¿Qué estamos haciendo hoy para evitar la reincidencia de hechos de violencia? ¿Un hombre agresor, deja de serlo simplemente cuando una pareja se disuelve y se establecen nuevos vínculos? ¿Podemos intervenir de alguna manera para evitar la repetición generacional de modelos violentos? ¿Por qué trabajar con agresores? ¿Es posible y necesario? Creemos firmemente que un abordaje integral en torno a la violencia familiar, impone la necesidad de respuestas alternativas. La conducta ejercida a través de la violencia, automáticamente produce rechazo. Tendemos casi instintivamente a tomar distancia y a reprobar todo acto que exceda los límites permitidos o aceptados social y legalmente.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)