En Los días del venado, la primera parte de La saga de los Confines de Liliana Bodoc, una anciana husihuilke introduce la mano, sin mirar, en el cofre de los recuerdos. Cuando la saque, mostrará un objeto. Frente a ella, su hijo y sus cuatro nietos esperan ansiosos el relato de la historia que ese objeto esconde. La comunidad husihuilke es ágrafa, para recordar quiénes son deben contar una y otra vez las historias de su pueblo.
Esta escena funciona como síntesis perfecta de los significados que ofrece la narración oral: reunión, alegría, relato y memoria. Nuestra intención en este artículo es contar la experiencia sobre narración oral que llevamos adelante con chicos de 1º y 2º año en el Liceo “Víctor Mercante”, un colegio secundario del sistema de pregrado de la UNLP, y los efectos que esta práctica ha tenido entre los alumnos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)