En los trabajos de literatura, las nociones de “serie” y “sistema” se naturalizaron al punto de perder su punto de referencia teórica. Así, las ideas de “corpus” y/o “colección”, “elecciones afectivas” o reunión de elementos según algún criterio debidamente justificado, fueron planteándose como científicas en los estudios literarios y culturales. La inscripción del término “colección” permite volver la literatura, como objeto de la cultura, al espacio de las artes antes que al de la producción mecánica. La presente intervención pretende esbozar una reflexión en torno al carácter también artístico del trabajo del crítico literario y/o cultural, en tanto coleccionista e intérprete etnográfico de los objetos que colecciona mediante sus intervenciones críticas.