Algunas comunidades aborígenes de Misiones tienen una escuela bilingüe en la que los niños se inician en la escritura formal, primero de su lengua materna y cuando llegan al segundo ciclo de la escuela primaria, en castellano.
Al iniciar la escolaridad formal, los niños miembros de la comunidad Mbya guaraní, solamente hablan su lengua materna. Sus familias incentivan su desarrollo y perfeccionamiento, consultando siempre a los ancianos de su comunidad, para mantener su lengua pura, tal como la hablaban sus ancestros aunque, como en la mayoría de las comunidades, reciben la señal de canales de aire, tanto argentinos como de países vecinos, radios locales y la aldea está muy próxima a una ruta nacional con intenso tránsito. Los docentes son los únicos que no pertenecen a la etnia guaraní y se les permite vivir en la comunidad El objetivo de este trabajo es el análisis de la interacción comunicativa de los hablantes monolingües de guaraní, dentro de una de dichas comunidades con el propósito de verificar aspectos que marcan el comienzo del bilingüismo en los alumnos. Con un análisis de las variables que pudieran aparecer, los resultados de las investigaciones muestran que las comunidad tienen un alto sentido de pertenecía a su etnia y la vitalidad de su lengua que hace que su cultura se mantenga a través del tiempo.
Sin embargo, algunas primeras palabras en castellano parecen instalarse en la lengua, algunas para nombrar objetos de los Juruá, que no pertenecen a su realidad cultural y llenan un vacío léxico, pero otras que, aún pudiendo expresarse en guaraní, se dicen es castellano. La influencia de la escuela y sus docentes tienen una importancia trascendental para comprender el cambio lingüístico, que se produce no sólo dentro del ambiente escolar, sino que se refleja también en el habla de toda la comunidad.