La ciudad como realización humana se manifiesta dentro de la pluralidad como elemento constitutivo, pero a ciertos sectores son destinados a vivir diferenciados en un espacio heterotópico dentro de la multiplicidad de un conjunto. Sobre esta demarcación territorial cada sector reclama lo suyo operando ante la opcionalidad vecina y, desde ahí, proclama su territorio simbólico El arte urbano/callejero, al "estar" situado en un lugar atípico, se ve obligado a idear mecanismos flexibles para permanecer en la ciudad. Estas ocupaciones espaciales de supervivencia han dado una resultante a través de la operación de un aparente diálogo dentro de las prácticas del disentimiento en la ciudad practicada, aunadas en el criterio de marginalidad, ofreciendo algunas de sus zonas como de riesgo semántico, en la proliferación de actividades irregulares en el espacio público. Este trabajo interpreta y analiza algunos de los modos en que cada unidad semántica artística, digamos estas "comunidades ocasionales de ocupación subjetiva en una cosmovisión compuesta", aborda la idea de un post-It art, una territorialización fluctuante tanto física como de significaciones, en la que la acción se somete al diálogo, donde se va reciclando la palabra ajena como propia.