Este artículo integra la investigación que estoy llevando a cabo en el marco del Doctorado en Artes de la FBA, UNLP. Constituye una aproximación hacia la problemática de la interdisciplinariedad en el arte sonoro a partir de la idea de umbral y ofrece una breve historia de la circulación del término arte sonoro en el ámbito internacional y en la Argentina en particular. Las obras de arte sonoro no se identifican tan solo por la presencia del sonido o su tematización. Las obras de arte sonoro establecen un campo transdisciplinar que interpela, expande y tematiza los espacios en los que se desarrollan. La vinculación de hábitos productivos entre las artes visuales, la música, la ciencia y la tecnología se revela como rasgo común de la práctica artística que circula como arte sonoro. De allí que la imagen del umbral, como espacio que vincula dos situaciones, permita acceder a la reflexión sobre esta práctica artística. El desarrollo del arte sonoro en Argentina se exhibe como una práctica que, aún dispersa, atraviesa la vida de distintos ámbitos artísticos. A diferencia de lo que ocurre en Europa y Norte América, aquí la categoría arte sonoro fue apropiada primeramente por aquellos músicos que indagan en los umbrales de su disciplina en vez de haber surgido en el circuito del arte contemporáneo. La expresión arte sonoro aparece en todos los casos cuando surge la necesidad de denominar una práctica que extiende los límites tradicionales de diversas disciplinas.