La Ley Nacional de Salud Mental sancionada a fines de 2010 representa el marco legal de un cambio de paradigma en el campo de la Salud Mental, que recupera antiguas prácticas que en nuestro país tuvieron su esplendor en los años que se corresponden en la historia con los procesos revolucionarios y de cambio social, enmarcadas en un quehacer disciplinar militante que no se concebía fuera de lo político e ideológico.
Dictadura militar y tiempos de instalación del neoliberalismo de por medio, hicieron sucumbir en diferentes instituciones un modelo de atención que se intenta recuperar desde hace ya algunos años, previamente a la promulgación de la nueva ley.
El Programa Vuelta a Casa del Hospital Alejandro Korn lleva años articulando con municipios del conurbano la externación de pacientes; los Centros de Salud Mental Comunitaria Franco Basaglia y Pichón Riviere tienen más de cinco años y la Casa de Pre Alta, muchos más; todos dispositivos que dependen del Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero. Hay otros ejemplos en el país, además de las experiencias de reforma manicomial que tienen sede en nuestra ciudad.
A pesar de la vigencia de prácticas de revisión del modelo clásico de encierro, se ha considerado necesario como momento fundante legislar a nivel nacional sobre las prácticas más duras o crueles que pudieran ser expresión de modos de hacer con la locura en la lógica del encierro manicomial, a riesgo de reducir una normativa nacional sobre Salud Mental a la regulación de las prácticas de internación.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)