La participación de las mujeres en el ámbito deportivo no es diferente a su propia historia en la sociedad. En este ámbito, al ser un espacio público disponible para los varones, la inclusión de las mujeres ha sido claramente tardía, y salvo algunas honrosas excepciones, inequitativa.
Si entendemos al deporte como un medio de desarrollo del cuerpo, la salud, la expresión y a la vez como un canal vital de relación y comunicación con los demás, debiéramos concluir entonces que se trata de un derecho humano básico del cual las mujeres no pueden estar excluidas ni discriminadas en su acceso.
En la actualidad siguen existiendo barreras que dificultan una participación integral, cualquiera sea el grupo etario que analicemos. Para entender las dificultades que afrontan las niñas y mujeres en la práctica deportiva, deben tomarse en cuenta diversos aspectos socioculturales y educativos: los patrones que afianzan y mantienen estereotipos. Que, a su vez, se suman a las demandas femeninas sobre qué tipo de actividad física y deportiva les interesa y cómo desean desarrollarla.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)