Durante los últimos años fueron elaboradas diversas leyes que ampliaron los derechos sexuales y reproductivos de las personas, particularmente de niñxs y jóvenes. Partimos de entender que estos marcos normativos son resultado de procesos conflictivos, en los cuales las concepciones hegemónicas (y normalizadoras) sobre la sexualidad, los derechos y la educación permanecen vigentes, al tiempo que habilitan márgenes para disputar y construir otros sentidos sobre estas cuestiones. Aquellas normas (Ley 26.150/06 y Ley 2110/06) que construyeron específicas políticas públicas de Educación Sexual Integral (ESI) presentan diversos obstáculos y desafíos, particularmente en cuanto a lo que suele denominarse como “diversidad sexual”.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)