Para Honneth (1997), la intersubjetividad es la condición central por la cual se constituye el reconocimiento, de este modo, la identidad y la integridad de la persona dependen constitutivamente de la experiencia de reconocimiento intersubjetivo. Para este autor, el reconocimiento se encuentra en una constante tensión con las formas de menosprecio, las cuales limitan la autonomía personal y no permiten que la persona se perciba como sujeto con igualdad moral de derechos y con pleno valor. Las esferas del reconocimiento son el amor, el derecho y la solidaridad, y a cada una de estas le corresponde un tipo de daño o menosprecio: en el amor lo es la violación, el maltrato y la tortura, en el derecho el despojo de los mismos y la exclusión, y en la esfera de la solidaridad lo es la humillación, deshonra y estigma. Estas serían formas de reconocimiento escatimado o negado. Pero además, en dichas esferas se desarrollan las distintas formas de autorrealización del individuo, los daños mencionados atentan en la primera esfera la autoconfianza, en la segunda el autorrespeto y en la tercera la autoestima. (Honneth; 1997).
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)