El envejecimiento demográfico, es un fenómeno positivo ya que el avance socio- técnico ha permitido que se vivan cada vez más años. El siglo XXI deberá responder al desafío con políticas concretas, porque esta “emergencia silenciosa” ha llegado y reclama su atención.
En 2002, las Naciones Unidas convocaron a la celebración en Madrid de la II Asamblea Mundial del Envejecimiento. La propuesta fue promover iniciativas en todos los países para adaptarse a la enorme transformación social que está provocando el fenómeno del envejecimiento, que trasciende el ámbito de las políticas sociales.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)