Freud describe en su texto El Hombre de las ratas, el famoso trance del oficial Lehrs. ¿Qué estatuto tiene esta construcción, a la que denomina delirio obsesivo, en una estructura definida como neurótica? ¿Qué lugar asignarle a este supuesto fragmento de psicosis en una neurosis? Si bien el acercamiento entre neurosis obsesiva y paranoia nace de la clínica psiquiátrica, Freud subvierte esta posición al señalar el carácter novedoso que puede adquirir la juntura de obsesión y delirio desde la psicopatología por él inventada. En su célebre caso, ateniéndose a la envoltura formal y al tipo de defensa en juego, define el delirio obsesivo como producto mixto, combinación entre dos variedades del pensar: los recursos de la razón y ciertas premisas obsesivas. Subraya que para combatir las representaciones obsesivas no bastan los argumentos puramente racionales; aquéllas sólo cesan cuando el pensamiento defensivo hace suya la idea obsesiva a la cual combate.