El estudio de los valores, núcleo esencial de la cultura, es de central importancia en la Psicología Social. Para Schwartz (1992), son metas deseables y transituacionales, que varían en importancia y que sirven como guías en la vida de una persona o entidad social. Las metas pueden ser diversas: (a) que sirvan a los intereses de alguna entidad social; (b) que puedan motivar la acción, dándole dirección e intensidad emocional; (c) que funcionen como criterios para juzgar y justificar la acción; y (d) que se adquieran tanto a través de la socialización en los valores del grupo dominante como a través de la experiencia personal de aprendizaje. De esta forma, los valores representan, las respuestas que todos los individuos y sociedades deben dar a tres requisitos universales: (a) las necesidades de los individuos en tanto organismos biológicos; (b) los requisitos de la interacción social coordinada; (c) los requisitos para el correcto funcionamiento y supervivencia de los grupos.