Durante la última mitad del siglo XIX en la Argentina emergen con significativa relevancia en el plano político social una serie de medidas caracterizadas históricamente como pilares del Estado conservador, gobierno imperante de la época. El movimiento higienista nacional tiene como estandarte a una serie de hombres de la ciencia ocupando un rol decisivo en los poderes legislativo y ejecutivo. De allí se desprende la figura del Doctor Eduardo Wilde, Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Social, durante el primer gobierno del Gral. Julio A. Roca, momento en que se reglamenta y promulga la emblemática Ley de Educación Común (1884), primer ley unificadora a nivel Nacional para la educación primaria pública.