Experimentamos en la actualidad una serie de cambios significativos acerca del modo de concebir la práctica psicoanalítica, su teorización y su enseñanza. Es por esto que los practicantes del psicoanálisis debemos en primer lugar revisar los fundamentos que harían de esta práctica una experiencia del inconsciente, más allá de sus diferentes escenarios, y por otro lado potenciar la fuerza subversiva de la teoría renovando sus discusiones e identificando los interlocutores.