El concepto de desarrollo no es empírico, sino que debe ser entendido como una construcción basada en supuestos epistemológicos y ontológicos dependientes de un determinado posicionamiento filosófico y, por lo tanto, una particular visión del mundo. Esto implica que no exista un solo modelo de desarrollo, dado que son diversos los supuestos básicos que sirven de punto de partida para su definición. En consecuencia, los datos empíricos relevados en una investigación serán interpretados de diferente manera según el modelo con el que se trabaje.