En toda organización existen normas que definen lo aceptable y lo inaceptable, lo permitido y lo prohibido, lo legítimo y lo ilegítimo. Un enunciado constituye una norma si la desviación de la conducta respecto a él es seguida por algún tipo de sanción. Cuando las metas culturales, cuyo logro permite alcanzar reconocimiento y prestigio, adquieren para los sujetos o los grupos mayor importancia que las normas que establecen los modos legítimos de llegar a ellas, nos encontramos ante un estado que ha sido definido como "anomia". Si las transgresiones se reiteran y no son sancionadas -legal o socialmente- la situación de anomia se instala.
El concepto de "corrupción", si bien tiene rasgos en común con el de "anomia", permite centrar el análisis en los fenómenos y procesos que se registran en el ámbito de lo "público". Corrupción es "el equivalente en el Estado de lo que en la sociedad civil se nombra como anomia"