¿Qué es el olvido? Nada, quizá. Nada, ya que pareciese vivir en el límite de lo inexistente. Pero es algo, también, y tal vez mucho. Pues el olvido vive paralelo a la memoria. Constituyen ambos fuerza y poder: poder del recuerdo, fuerza del olvido. De qué nos olvidamos o por qué recordamos esto o lo otro son preguntas justas, humanas y, diría, futuristas, en el sentido de que la memoria vive en el futuro. Nadie recuerda el olvido, esa es su condición ontológica. Pero el olvido puede vivir sin el recuerdo. Sin palabras, en el cuerpo, en la vida social. Afectándonos y hasta conduciéndonos.