América, la gran reserva de la humanidad según se ha dicho, fue descubierta y conquistada por hombres que buscaban principalmente tesoros minerales. El fulgor de los metales y piedras preciosas cegó en gran parte los ojos europeos, y los conquistadores prestaron menos atención a las riquezas de otra índole que les ofrecía el suelo americano. Entre ellas, las más importantes son, sin duda, las plantas alimenticias: los exploradores gustaron de los productos del Nuevo Mundo, pero no alcanzaron a vislumbrar sus posibilidades. Y sin embargo, paradoja del tiempo, el valor de la cosecha mundial de papas en un solo año es muy superior al de todo el oro que España extrajo de Méjico y Perú.