La entrevista genera, en diversas situaciones del trabajo de campo, una relación de confianza basada en los lazos establecidos entre quien habla y quien escucha. Esto se acentúa cuando el ámbito de la entrevista es el espacio privado. La privacidad, marcada por las nociones de casa, interioridad y familia, donde lo dicho discurre fuera de los peligros de la publicidad, dominada por las nociones de calle, exterior y comunidad, impone un conjunto de oposiciones significativas. Esta confianza puede estar construida de diversos elementos que van desde la amistad y la empatía, a vínculos formales o de compromiso entre las personas involucradas. En la esfera privada, los intercambios lingüísticos tienen consecuencias muy diferentes a las de la palabra pública (Boltanski 1990, Bourdieu 1996).